La insularidad, la lejanía de Europa y África por su situación central en el Mediterráneo occidental, la influencia milenaria de los elementos sobre su territorio y su gran diversidad geológica junto con la impronta de diferentes culturas a lo largo de los últimos 4000 mil años han contribuido a una extraordinaria biodiversidad y a un único patrimonio prehistórico, histórico y cultural.
Gracias a la sabia y prudente intervención humana ancestral de los agricultores y la conciencia innata de la sociedad menorquina a preservar y mantener con cuidado este enorme patrimonio natural y cultural, la isla de Menorca entró en el foco de interés de la UNESCO, convirtiéndose en una de las primeras regiones del mundo en ser un modelo referente para una convivencia sana y armoniosa entre el hombre y la naturaleza.
La UNESCO, en el marco del programa MaB (Man and Biosphere) declaró en 1993 la totalidad de Menorca Reserva de la Biosfera en reconocimiento a sus grandes valores naturales y culturales, así como el compromiso de Menorca a preservar y mantener el extraordinario legado natural y patrimonial. Menorca, con una superficie de unos 700 km², tiene concentrados en un 66 % de su territorio diversos espacios naturales protegidos.
Por su gran legado prehistórico, Menorca ha presentado a la UNESCO su Candidatura para formar parte del catálogo de Patrimonio Mundial para 2022 con el proyecto “Menorca Talayótica, una odisea ciclópea insular”.
Desde 2012 Menorca ostenta la secretaría técnica dedicada al desarrollo sostenible de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera Islas y Zonas Costeras. En junio 2019 se aprobó la ampliación de la Reserva de la Biosfera terrestre con dos zonas marinas: la Reserva Marina del Norte y la del Parque Natural de S’Albufera des Grau. Como resultado, Menorca cuenta ahora con la Reserva de la Biosfera Marina más grande del Mediterráneo.